Si pensabas que Gran Hermano Argentina 2025 iba a ser un desfile de abrazos y selfies, te equivocaste de canal, amigo. En esta casa, el drama es el pan de cada día, y la mesa está servida con el enfrentamiento estelar que todos estamos devorando como si fuera un asado en domingo: Santiago “Tato” Algorta vs. Ulises Apóstolo. ¿Amigos? Ni en tus sueños. ¿Enemigos? Bueno, digamos que si las miradas mataran, estos dos ya estarían en placa eterna. Prepárate, porque esto está más caliente que una milanesa recién salida del aceite.

El choque de titanes que empezó con una indirecta
Todo arrancó el 10 de diciembre de 2024, cuando Ulises, nuestro cordobés con diploma en Ciencias Políticas y lengua afilada, soltó en la primera gala: “Acá hay buena gente y otros que no se mueven con los valores del interior”. Tato, uruguayo de 28 años y rey del ego inflado, no se quedó calladito como buen vecino del Río de la Plata. “Si tenés algo que decir, decilo de frente, no como si estuviéramos en un confesionario”, le retrucó. Y así, señoras y señores, nació la rivalidad que tiene a medio país eligiendo bandos como si fuera Boca-River.
Desde ese día, estos dos se convirtieron en el yin y el yang de la casa: Tato, el estratega frío que juega como si estuviera en El Padrino, y Ulises, el predicador de la moral que parece sacado de un pueblo donde todos se saludan en la plaza. ¿Resultado? Una guerra que ni las nominaciones ni los gritos de Gastón Trezeguet logran apagar.
El escándalo de las llaves y la fulminante venganza
Avancemos al 28 de febrero de 2025: Tato se lleva un auto con una jugada maestra que dejó a media casa con cara de “¿y este quién se cree?”. Ulises, aliado de la dulce Chiara Mancuso (otra que le tiene ganas al uruguayo), salió a bardearlo como si fuera el defensor de los desamparados. “Esto es ir de espaldas, no de frente”, le tiró, mientras se acomodaba el halo de santo que lleva puesto desde que entró. Pero Tato no se achica: él es de los que te sonríe mientras te clava el puñal por la espalda, y lo hace con estilo.
El golpe de gracia llegó esta semana, el 8 de abril, cuando Tato, como líder, fulminó a Ulises sin pestañear. “Quiero que esta persona esté en placa”, dijo con esa calma que te da ganas de abofetearlo. Ulises, fiel a su drama, le devolvió un “sos soberbio, el Tato del casting no existe”. Ay, Ulises, ¿en serio creías que este reality era para mostrar tu bondad interior? Esto no es un retiro espiritual, querido.
¿Rivalidad o romance reprimido?
No nos engañemos: estos dos se odian tanto que casi se quieren. Tato, en un momento de lucidez el 18 de diciembre, dijo: “Ulises es buena persona, pero hace un papel que no siente. No la pasa bien maltratando”. ¿Un análisis profundo o una indirecta venenosa? Vos decidí. Mientras, Ulises no para de repetir que Tato es un mentiroso, un falso, un “no va de frente”. Pero, che, Ulises, si tanto te molesta, ¿por qué no dejás de hablar de él? Parece que Tato vive rent-free en esa cabecita cordobesa.
Acá va mi teoría, y agárrense: estos dos son como esas parejas de telenovela que pelean todo el capítulo pero terminan besándose en el final. La tensión entre ellos es tan eléctrica que dan ganas de gritarles: “¡Abrácense de una vez y dejen de rompernos las pelotas!”. Claro que no lo van a hacer, porque esto es Gran Hermano, no Titanic.
El público elige: ¿Team Tato o Team Ulises?
Las redes están que arden. En X, los memes vuelan: “Tato es el villano que todos necesitamos” vs. “Ulises, el héroe que se cree Robin Hood pero es más como el Chavo”. La casa tampoco se queda atrás: las eliminaciones de aliados como Luciana (25 de marzo) para Tato y Giuliano (26 de enero) para Ulises solo echaron más leña al fuego. Y el público, obvio, se relame con cada cruce como si fuera el último chisme de la peluquería.
El final está cerca, pero la guerra no
A esta altura, con abril de 2025 encima, Tato lleva ventaja estratégica, pero Ulises tiene el carisma que hace que la gente lo banque en las placas. ¿Quién ganará? Ni idea, pero una cosa es segura: esta pelea es el motor del rating y el motivo por el que seguimos pegados a la tele. Así que, queridos lectores de GHdiario.com, sigan trayendo pochoclos, porque Tato y Ulises nos van a tener entretenidos hasta que uno salga por la puerta… o hasta que se agarren a piñas en el confesionario. ¡Que siga el show!