¿Tato de Gran Hermano 2025: Genio estratega o soberbio subido al ego?

Ay, Tato, Tato… ¿Qué hacemos con vos, Santiago Algorta? El uruguayo de 28 años que desembarcó en Gran Hermano Argentina 2025 como si fuera el dueño de la casa –y de los corazones de todas las chicas, según él mismo– nos dio un momento inolvidable esta semana. El lunes 7 de abril, los hermanitos se sentaron a ver sus videos de casting, y el de Tato fue un show aparte: un cóctel de autoestima inflada, frases picantes y una comparación con Marcos Ginocchio que dejó a medio país con la mandíbula en el suelo. Pero la pregunta del millón es: ¿estamos ante un genio del reality que sabe exactamente cómo jugar sus cartas o frente a un soberbio que se subió al pony de su ego y no sabe cómo bajarse? Agarrá el pochoclo, que esto se pone jugoso.

El video que lo empezó todo

Si no viste el casting de Tato, te lo resumo: el pibe se presentó como el uruguayo fachero que “sufre bullying por lindo” (sí, leíste bien), confesó que “se aburre rápido” de las mujeres y, como si fuera poco, se animó a decir que es una versión mejorada de Marcos, el intocable ganador de 2022. “¿Quién combina facha, buena gente y ser divertido? Marcos no hablaba, yo armo quilombo”, tiró, mientras los productores intentaban defender al salteño y Santiago del Moro lo miraba con cara de “nene, pará la moto”. En la casa, Tato se tapó la cara entre risas nerviosas y le dijo al conductor: “¿No había que venderse, Santi?”. Ay, divino, ¿vendiendo o regalándote en oferta?

Pero ojo, que el uruguayo no se quedó en el molde. Anticipándose al revuelo, dejó un video pregrabado antes de entrar donde se defendió: “En el casting lo di todo, estuve picante, ojalá ahora pueda mostrar mi versión más genuina”. ¿Traducción? “Sé que me mandé un moco, pero denme tiempo que les hago ojitos y me perdonan”. Y la verdad, hay que darle un punto por la viveza: el tipo sabía que su show de casting iba a dar que hablar.

¿Estratega o egocéntrico?

Acá viene el debate. Por un lado, Tato parece haber leído el manual del reality al pie de la letra. En un mar de miles de aspirantes, tenés que destacar, y él lo hizo con creces: se vendió como el seductor conflictivo que todos van a amar u odiar, pero nadie va a ignorar. Compararse con Marcos fue arriesgado –casi un sacrilegio para los fans del “Primo”–, pero logró que su nombre estuviera en boca de todos. Y ese video pregrabado… un guiño de “tranquis, sé lo que hago”. Si esto no es estrategia, que me expliquen qué es.

Pero, por otro lado, ¿no se le fue la mano con el ego? Decir que “sufre bullying por fachero” y que quiere “un álbum de las mujeres con las que estuvo” (frase que algunos le atribuyen) suena más a un pavo real desplegando plumas que a un cerebro maquiavélico. En las redes lo despedazaron: “Es un narcisista”, “Se cree el galán de la temporada y no llega a extra de telenovela”, “Machito básico”. Y aunque en la casa se lo vio más humilde –riendo con los chicos, ayudando en la cocina–, el daño ya estaba hecho. ¿O no?

El veredicto (con un poco de mala leche)

Yo digo que Tato es un poco de las dos cosas, y ahí está su gracia. Es un estratega porque entendió que en Gran Hermano no sobrevivís siendo tibio; tenés que largar un bombazo y después recoger los pedazos con carita de bueno. Pero también es un soberbio que se cree el Brad Pitt del Río de la Plata, y esa mezcla lo hace un blanco fácil para las nominaciones y los memes. Que haya mencionado su infancia ligada al Opus Dei solo suma al chisme: ¿un rebelde que escapó del conservadurismo o un pibe que usa su historia para hacerse el interesante? Vos decidís.

Por ahora, Tato está jugando bien sus fichas. Las risas de sus compañeros y el comentario filoso de Del Moro (“No te compares con Marcos”) lo bajaron un poco a tierra, pero en las redes ya es tendencia. Si sigue mostrando esa “versión genuina” que promete y no se pasa de rosca, podría llegar lejos. Pero si el ego le gana y empieza a creérsela demasiado, se va a ganar un pasaje directo a la placa y un “chau, fachero” de la tribuna. ¿Qué opinás vos? ¿Genio o soberbio? En GH Diario queremos saber, así que dejá tu comentario y preparate para el próximo capítulo de esta novela uruguaya en suelo argentino. ¡Que no decaiga el quilombo!